Declaro el 28 de septiembre como el día internacional de la cortina. Por fin me he mudado y, después de la cama, es la cosa que más me urgía, hasta el punto de que hoy he acabado instalando tres.

La primera, la cortina del baño. Ésta no tenía mucho misterio, ya estaba la barra puesta y todo. Pero era o ponerla o inundar mucho el baño (que ya me ha pasado) Cortina con temática vegetal, unas anillas y listo.

La segunda, la cortina del salón. El salón tiene un ventanal como de dos por dos metros (sin persiana) que da a la calle y es genial, porque entra un montón de luz. El tema es que el piso es un bajo (o una especie de entreplanta) a un metro y poco sobre el nivel de la calle, con la acera muy cercana y gente pasando todo el rato. Que los peatones no miran mucho, pero en cuanto atardece, es como tener el salón en mitad de la acera.

Así que me he pillado una cortina de lamas, para correr, descorrer y graduar. Sólo hay que hacer tres taladros, así que se instala super rápido salvo que te falte el destornillador torx necesario y tengas que irte a la otra punta de la ciudad donde está la única ferretería que conoces y aproveches el camino para preguntarte si te puedes poner a taladrar alegremente una casa ajena.

Eso sí, luego hay que recortar las lamas una a una, ponerlas una sujeción y un peso, engancharlas al carril y entre sí con una cadena y ahí se van las horas.

La tercera, la cortina del dormitorio, que estamos en las mismas del salón: ventanal de dos por dos sin persiana que da a un patio interior desde donde se ve perfectamente el interior de la habitación, entra esa maravillosa luz de las seis de la mañana, y para colmo, bajo la ventana están las escaleras que bajan al trastero, así que hay cierto tráfico potencial.

Harto ya de tanto montaje, taladro, llaves Allen… he optado por la solución más cutre posible: he comprado una barra de ducha extensible, de las que se sostienen por presión y las cortinas más baratas que había (a dos euros la unidad) Cuando he llegado a casa me he dado cuenta de que las cortinas, aparte de ser casi transparentes de lo finas que son (que me vale) son muy cortas, y se quedan como a medio metro del suelo, lo que es bastante ridículo, pero era eso o poner un cartón, así que mejor.

las cortinas de la vergüenza